viernes, 30 de enero de 2009

Sin titulo II

Hoy mientras caminaba hacia el trabajo, no sabría decir a cuenta de que, me he acordado de tí.
De como te acercabas al comenzar la clase, para rozar mi chaqueta imitación piel de serpiente y llamarme víbora. No debía tener más de 18 años por aquel entonces. Supongo que era joven e impresionable. Me impresionabas, mucho más de lo que era capaz de hacerlo cualquier otro profesor.
Lengua y Literatura. Que poco te costó atraparme.
Tenías algo que me fascinaba y a ratos envidiaba, la capacidad de hacer obvia la estupidez de los estupidos por muy disfrazada que estuviera.
Tengo algo que agradecerte, en realidad son muchas las cosas que te he de agradecer. Gracias a tí encontré una parte de mí en muchos de los libros que me recomendaste, libros que me han acompañado en todas mis mudanzas, de piel y escenario. Gracias a ti comprendí tantas cosas...
Para muchos, no eras más que un jodido cabrón, para mi mucho más que un angel salvador...

miércoles, 28 de enero de 2009

Sin Titulo

Estoy bien, mucho mejor de lo que os atrevéis a pensar.
Decir que ahora veo las cosas de otra manera, es caer una vez más en el autoengaño, así que, prescindamos de ello; no nos repetiremos más de lo necesario, no nos engañaremos más de lo imprescindible.
Veo las cosas exactamente igual que ayer.
Cojonuda la manía persecutoria que caracteriza a la desgracia, esto nos hará buscar y buscar sin demora ni descanso, el equilibrio.
Pero yo, ya no busco el equilibrio, la agitación es mi vida, la agitación previa al descanso… y aún sigues preguntándome la razón por la que adoro las drogas depresoras…

jueves, 15 de enero de 2009

Mmmmm ...

Ha pasado algún tiempo desde la última vez que tuve tiempo y ganas de sentarme frente al ordenador y escribir, sin pensar, sin estar programada previamente para hacerlo.

Las últimas semanas no han sido nada fáciles, a pesar de que aparentemente, todo era extrañamente normal y felizmente absurdo.

He leído, de forma compulsiva, me he adentrado en una historia tras otra, con el firme propósito de desaparecer a ratos de la mía propia.

Y ahora mírame... ya no se quien soy y mucho menos, que hago aquí, estos parecen los daños colaterales de una posible disfunción.

En fin.

Hoy me he despertado agotada, he pasado la noche corriendo, huyendo de algo y al despertar no he conseguido recordar el motivo de mi angustia, aunque apostaría, que algo tiene que ver con algunos acontecimientos que a corto plazo, lo cambiaran todo.

Pero esta vez, estoy preparada.
Espero que lo esteis vosotros.