domingo, 23 de noviembre de 2008

Sin Aliento


Las cosas cambian, necesariamente han de cambiar, de lo contrario, la alternativa es perecer en el intento de que nada a nuestro alrededor lo haga.
Cuantas veces hemos corrido el riesgo de perecer aferrándonos a la ínfima posibilidad de que las cosas no cambiaran, cuantas veces hemos perecido; creo que la respuesta es, previsiblemente, demasiadas.

Creo haber perdido esa batalla un millón de veces en mil situaciones distintas, pero estrechamente relacionadas, vinculadas de alguna manera.

Ahora silbo y me evado, tarareo tucutú tucutú y ya no estoy aquí aunque puedas verme.

A veces aprender algo puede llevarte toda una vida y en ocasiones no más de un par de días, siendo una sencilla lección lo primero y una compleja evolución lo segundo.

Todo ha cambiado y no dejará de hacerlo por mucha resistencia pasiva o activa que ejercemos ante los hechos, y en ocasiones sentiremos que nos falta el aliento.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bonito.....me parece genial.....(¿¿sabes que existe una cosa llamada "lavadora" donde metes las ramonas y te salen limpitas??? ...¬¬)

Anónimo dijo...

hago esta crítica sólo porque algo tenóa que criticar, jeje...si no , no sería yo...y ya que el contenido me parece perfecto (un OLE!! por tí si lo cumples, jeje ;-) )....pues a meternos con la foto!!! jajaajajaaj

un besazo desde lejos, jeje

Josu Sein dijo...

No hay nada que me asuste más que el estancamiento, la monotonía y la ausencia de evolución.