viernes, 26 de diciembre de 2008

Lost

A veces crees que las cosas no pueden empeorar, confías en ello y te aferras a una vana esperanza, que tu mismo construiste, con tus propias manos, en un aire demasiado denso.

De repente, una mañana despiertas, un sudor frío recorre tu espalda, algo no va bien.

La esperanza que construiste, se desvanece.
Lo sabes. Y en ese momento empiezas a buscar la forma de confirmarlo, llamas a un número, a otro, nadie responde y tus peores sospechas empiezan a caer como una losa sobre tu espalda. Pero te obligas a creer que estas magnificando las cosas, que estas sacando las cosas de quicio y que es tu mente la que te esta traicionando con su escasa capacidad de autocontrol sobre la paranoia infundada.

Una hora más tarde, todo tu mundo se viene abajo... y eres tú la que quieres morir.
Tu corazón acelera el ritmo de sus latidos, un sudor frío empapa tus manos, miras a un lado y a otro sin saber exactamente que hacer, que decir, a quien llamar... deseas desaparecer, cerrar los ojos con fuerza y desvanecerte, escapar a cualquier otra parte, lejos de la aplastante realidad que acaba de caer sobre ti.

Llegas a la fría sala de espera, intentando encontrar un rostro conocido, una mirada, alguna palabra, que te ayude a entender lo que ha pasado, porque por ti misma, hasta el momento no has sido capaz de hacerlo.

Pero solo encuentras desconsuelo, lágrimas que no sabes como contener, en miradas ajenas.

Intentas sonreir sin ni siquiera conocer la razón por la que haces semejante esfuerzo en vano.
Y por tu mente empiezan a rondar un millón de "Y si...", la sombra de la culpa, vuelve sombrío tu rostro y amargas tus lágrimas.

Lo peor ha pasado.

Ella, a salvo. Lo más importante.

1 comentario:

Josu Sein dijo...

No hay culpables. Nunca hay culpables. Hay un millón de factores, ninguno más importante que los demás.
Es en estos momentos, y no en otros, cuando hay que hacer caso a eso de "para atrás, ni para coger impulso". A partir de el presente se construirá el futuro. Es un momento crucial para que el amor se muestre.